Iniciaron la temporada en Conferencias opuestas, se cruzaron por primera vez en el Grupo por el ascenso y se repartieron las dos primeras plazas de la clasificación en el camino a los Playoffs. Una sucesión de hechos que parecía apuntar de manera directa a una Final en la que Covirán Granada y Río Breogán lucharán para poder devolver a sus ciudades a una Liga Endesa de la que disfrutaron ya durante años.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Toda una década ha pasado desde que la ciudad de Granada disputara sus últimos minutos en una Liga Endesa a la que el Río Breogán se asomó de nuevo dos años atrás después de 12 temporadas peleando por retornar desde la Liga LEB Oro.
Un pasado reciente en el que ambas ciudades no han hecho otra cosa más que demostrar al baloncesto nacional que en sus límites municipales respiran baloncesto por sus cuatro costados y en el que los nombres de Granada y Lugo no han dejado de sonar con fuerza como el de dos de los principales candidatos al ascenso.
En el caso de los lucenses como una obligación moral en cada uno de sus proyectos anuales y, en el de los nazaríes, como todo un deseo de futuro por el que pelearán ya este mismo fin de semana gracias a la exitosa temporada del equipo.
Covirán Granada, un deseo promovido por el corazón:
Residen en una de esas localidades en las que el baloncesto es casi una religión y en la que se han llegado a vivir momentos históricos de nuestro deporte a lo largo de las últimas décadas. Pero si por algo ha destacado la ciudad de Granada durante los últimos años es por su capacidad para renacer de sus propias cenizas.
Porque la caída hasta los infiernos del baloncesto tras la desaparición del anterior proyecto -allá por el año 2012- supuso una nueva oportunidad a la hora de volver a empezar. Un nuevo camino liderado por la excelsa gestión de Óscar Fernández Arenas a la hora de construir un proyecto sustentado sobre los sólidos pilares que suponen la cantera, la afición y el sentimiento de la tierra y con el que mantiene a Granada a las puertas del retorno a la élite.
Una Fundación CB Granada repleta de virtudes fuera de la pista y que, por si fuera poco, ha sido capaz de acompañar cada uno de esos pasos con el respaldo deportivo que tan solo un hombre podía dar al equipo. Un Pablo Pin dueño del banquillo desde el inicio del proyecto en Primera Nacional y que ha sido el principal culpable deportivo de todo lo acontecido.
Un técnico que ha sido todo pasión por el equipo de su ciudad liderando tres ascensos desde esa primera etapa en lo más amateur, hasta la Liga LEB Oro a la que llegaron sumando por el camino dos títulos como campeón de la Copa LEB Plata.
Avales más que suficientes a la hora de demostrar la ambición deportiva de un vestuario que firmó este año la mejor temporada de su historia, con un bloque repleto de jugadores nacionales y que terminó la Liga Regular en primera posición. Todo un privilegio a la hora de poder afrontar unos Playoffs con ventaja de campo y en los que han caminado con paso firme hasta poder alcanzar una Final en la que no se ponen límite alguno.
Porque, pese a la dureza y la entidad del rival, en el Covirán Granada hay mucho que ganar y muy poco que perder…
Río Breogán, la obligación moral de seis décadas de historia:
Hablar del CB Breogán en el baloncesto nacional son palabras mayores dado el importante poso histórico con el que cuenta una entidad que camina imparable hacia su 60 aniversario y que sabe muy bien lo que supone el competir durante años entre los mejores.
Un club que es parte del Patrimonio de una ciudad entregada al conjunto celeste y que tratará de emular durante la próxima semana los pasos dados durante los últimos años en los que el club ha sido algo más que un referente social y deportivo. Porque en Lugo saben muy bien lo que supone el ascender a una Liga Endesa que recuperaron tres años atrás de la mano de Natxo Lezkano y que se escapó tras una temporada de retorno plagada de contratiempos.
Por ello, el plantel gallego espera poder culminar ahora un retorno con el que recompensar todo el trabajo realizado en este tiempo y con el que volver a construir sobre los cimientos de la experiencia reciente. Todo ello para poder agasajar a su gran masa social con una élite que compense el año de sacrificio en el que no han podido estar presente en las gradas.
Para ello, el Río Breogán deberá exhibir en este último paso ese carácter que suele acompañar al equipo en las grandes ocasiones y que ha llevado a los de Diego Epifanio a levantar ya este año el título como campeones de la Copa Princesa de Asturias.
Toda una oportunidad por tanto ala hora de poder firmar el doblete en la categoría y que, ante todo, pondrá sobre su mesa la posibilidad de regresar a un lugar que por historia les pertenece.
Porque Lugo ha sido, es y será ciudad de baloncesto.