PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Abrazos, cánticos e incluso alguna que otra lágrima de alegría han sido los primeros compañeros de la plantilla del Quesos Cerrato Palencia durante la celebración de su campeonato liguero sobre la cancha del Marta Domínguez.
Una auténtica fiesta en la que ningún otro de sus protagonistas transmitía más que él, un Sergio García que pasará a la historia como el técnico que conquistó el doblete del conjunto palentino en un año realmente mágico y que analizaba no sin cierta emoción tanto en sus ojos como en sus palabras, el que es ya el año más mágico en la historia del club: “Ha sido un año realmente increíble. Empezamos la temporada ya con unas expectativas altas gracias a la plantilla que habíamos construido pero jamás, ni siquiera en el mejor de nuestros pensamientos, hubiéramos podido imaginar este éxito”.
Y es que el Quesos Cerrato Palencia ha sido el gran dominador de una LEB Oro en la que su técnico tiene muy claro el alto porcentaje de responsabilidad de una plantilla que ha dado el máximo en cada encuentro: “Aunque hasta que no lo ves en tu mano no puedes dar nada por seguro la realidad ha sido que el equipo ha sido el gran dominador de la competición durante todo el año. Hemos sido líderes desde la jornada 5 gracias a un grupo de jugadores que ha trabajado realmente bien durante cada semana creando una química entre ellos realmente buena para convertir esta plantilla en un equipo ganador. Nos hemos mantenido fuertes en todo momento y eso ha sido clave para que pudiéramos sobreponernos a momentos tan complicados como el cambio de técnico o en su momento la lesión de Marc Blanch”.
Aunque sus humildes palabras no deben llevarnos a olvidar su papel protagonista al frente de un equipo en el que se ha estrenado como primer entrenador de manera magistral con un doblete (Liga + Copa) al alcance de muy pocos: “Para nosotros ha sido un año espectacular por haber podido ganar tanto el título de copa como el campeonato pero sobre todo por haber podido hacerlo en casa y ante nuestra afición. Un éxito tremendo que personalmente jamás olvidaré ya que llegó tras la gran oportunidad que el club me brindó al frente de una gran plantilla. Fue una gran responsabilidad porque el equipo estaba en lo más alto y en el mejor de los casos tan sólo podía mantenerlo pero los jugadores me lo pusieron realmente fácil con su predisposición al trabajo y su competitividad por lo que les estoy realmente agradecidos”.
Un camino labrado a pulso sobre las pistas y que se dirigió al éxito a tan sólo unos kilómetros de la capital palentina sobre la cancha de un Plantío en el que su moral salió especialmente reforzada: “El partido en Burgos ante el San Pablo fue realmente clave para nosotros porque tradicionalmente su pista no se nos había dado bien. Ellos hicieron un partido increíble y nosotros fuimos capaces de darle la vuelta y sacar el triunfo en la prórroga lo que nos dio pie a pensar que este equipo tenía algo especial y que quizá podríamos optar a la posibilidad de poder hacer algo importante”.
Y todo ello de la mano de una junta directiva y una afición con las que, como no podía ser de otro modo, la plantilla se ha fusionado en la celebración sobre la cancha como imagen simbólica de su éxito conjunto: “Ser campeones de Liga es algo increíble pero es un trabajo de mucha gente, ya no sólo del cuerpo técnico y los jugadores sino también de un club que si de algo puede presumir es de ser sensato y honrado sin haber perdido jamás la cabeza. Durante los últimos años han hecho un trabajo muy serio ayudados de una afición que jamás ha dejado sólo al equipo llenando el pabellón en cada noche de viernes para que juntos pudiéramos optar a este gran éxito”.