PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

El nacimiento de su primera hija Carla en la mañana del domingo 14 de febrero le ha robado el corazón a un Iñaki Narros para el que la última semana ha sido una de las más ajetreadas a la par que satisfactorias de su carrera profesional.

A caballo constante entre el hospital con su mujer Andrea y los entrenamientos de su Planasa Navarra el capitán del equipo apenas ha tenido tiempo para el descanso al tener que alternar sus obligaciones como padre primerizo con su labor profesional de cara a uno de los encuentros más importantes de la temporada. Un parto de más de 24 horas con anécdotas incluidas al ser asistido por dos hermanas gemelas (Arancha y Mayte) y que no le ha impedido cumplir con su labor sobre una pista en la que resultó más decisivo que nunca para su equipo.

La mejor muestra, su canasta ganadora con celebración especial…

Iñaki Narros: “Fue una jugada de pillos”

No ha sido una semana normal pero sí la más especial. Así lo reconocía un agotado Iñaki Narros para el que la emoción de la paternidad recompensaba todos los esfuerzos realizados durante los últimos días para no perderse ni un solo detalle tanto en el plano personal como en el laboral.

Un intenso trajín para el protagonista, hoy secundario, de una historia en la que su hija Carla le ha robado todo el protagonismo en casa: “Han sido unos días muy largos pero que han merecido mucho la pena… En un principio piensas que todo va a ir muy rápido pero cuando empecé a ver que la cosa se alargaba tuvo que enviarles un mensaje a los técnicos diciéndoles que me iba a tener que coger eso que en otros trabajos llaman “día de asuntos propios” porque iba a ser imposible que llegara al entrenamiento… Luego salió la cosita y, desde ese momento estoy con cara de tonto y con la gran suerte de que sea una bendita que se porta fenomenal”.

Una inyección extra de energía que le llevó a compensar todo lo vivido con un gran encuentro ante Unión Financiera rematado de la mejor manera posible, con una canasta ganadora que nació sobre la pizarra de Carlos Frade: “Estábamos en el momento más duro del partido porque de repente nos habíamos encontrado con que, tras una buena defensa, ellos se habían hecho con el rebote para meternos un triple que nos debajo 1 punto abajo a falta de dos segundos. No me preguntes por qué pero entré en el tiempo muerto gritando a todo el mundo que íbamos a meter ese último tiro y que íbamos a ganar el partido. Carlos (Frade) dibujó la jugada con la posibilidad de ir en plan pillos antes de empezar el movimiento. Miki (Servera) entendió el guiño y me dijo que a la mínima posibilidad me haría llegar el balón así que hice una pequeña finta, vi que el balón volaba hacia mí y lo demás ya sabéis cómo terminó….”.

Una alegría con la que completar una gran semana y que tuvo, prácticamente de inmediato, la celebración más especial para la nueva inquilina de la familia, una Carla Narros que esperaba en casa con una mini-camiseta del Planasa: “Fue algo muy intenso porque en apenas unas décimas pasas de ver el partido perdido a estar celebrando el triunfo con todo el equipo abrazado. Yo no suelo celebrar las canastas de esa manera, generalmente porque me suele dar vergüenza o porque estoy tan metido en partido que se me olvida pero era un día muy especial y de improvisto se me ocurrió dedicárselo a mi hija haciendo ese gesto con el pulgar en la boca. Sabía que mi mujer estaba en casa viendo el partido por FEBtv con toda la familia y por lo que me han contado, cuando metí la canasta, debió dar tal salto que casi se le saltan las grapas de la cesárea mientras la niña saltaba de la cuna (risas). Sin duda es una buena anécdota que le contaremos cuando sea un poco más mayor…”.