PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Probablemente la que está a punto de comenzar sea una de las ediciones más duras e igualadas de la LEB Oro a lo largo de la última década y, casi con toda seguridad, de sus casi 30 años de historia. Un año en el que un buen número de equipos quieren optar al jugoso premio del ascenso directo a la Liga Endesa y que les ha obligado a hilar fino en un mercado de fichajes que ha sido capaz de alcanzar este curso una nueva dimensión. 

Porque más allá de las renovaciones capaces de asegurar rendimiento inmediato o de la contratación de esas estrellas de la Liga que aportan un plus de energía de cara al ascenso, los equipos han encontrado un nuevo caladero para sus contrataciones. Y este no ha sido otro que el que han generado desde el propio sentimiento, con el retorno de algunos jugadores que fueron importantes a lo largo de su historia e incluso de hombres que saben muy bien lo que es conquistar un objetivo por el que volverán a pelear este curso. 

Toda una apuesta sobre seguro y que supone a su vez el mejor guiño posible de cara a unas gradas que serán más importantes que nunca.



Corazón para la dirección del MoraBanc Andorra:

Han incorporado a jugadores realmente talentosos y mantenido en su plantilla a hombres que podrían disponer incluso de minutos de calidad en la Liga Endesa. Una combinación de jugadores que han hecho del MoraBanc Andorra uno de los primeros equipos candidatos al ascenso y al que le quedaba por encontrar la gran guinda a modo de reencuentro. Porque el retorno de Thomas Schreiner tras años de liderazgo en la competición, supuso el mejor guiño posible a ese pasado que hizo grande a la entidad. Toda una vuelta a un tiempo en el que el equipo supo labrar su propia cosecha y que no será sin embargo la única en la dirección andorrana. Y es que, junto a él, regresará un Rafa Luz que defendió los colores del club en la Liga Endesa y que supondrá más madera a la búsqueda del gran objetivo. Todo ello sin olvidar el retorno a la entidad de un Alexis Bartolomé que volverá a casa tras dos años de cesión en Oviedo donde estuvo precisamente a las órdenes del que será el nuevo técnico andorrano, un Natxo Lezkano que ha llevado de su mano al tercero de los bases del equipo, el norteamericano y ex ovetense Micah Speight.


Álex López y Álex Barrera, "escoltas" de un sentimiento:

Dejaron el club algún tiempo atrás para emprender nuevos retos en la Liga Endesa, pero sus nombres quedaron grabados a fuego en la historia de la entidad. Porque tanto Álex López como Álex Barrera fueron integrantes de aquel San Pablo Burgos que tocó por primera vez el cielo en la campaña 2016/17. Dos de los protagonistas de un ascenso que trajo consigo años de esplendor para el baloncesto burgalés y que fueron dos de las prioridades en el mercado a la hora de sumar talento nacional. Porque su sentimiento por el club será una de las garantías de cara al nuevo año y, en especial, en un primer tramo de la temporada en el que ambos serán cómplices del técnico en la construcción del concepto equipo. A partir de ese momento, su valiosa experiencia y conocimiento de la competición les ayudarán a sumar al equipo en los momentos calientes de la temporada. 


El emotivo reencuentro de Javi Vega y Diego Epifanio:

Dispuestos a dar un nuevo paso al frente en la competición, en el Leyma Coruña han decidido entregar este año las riendas de su proyecto a uno de los técnicos más experimentados de la categoría, un Diego Epifanio con dos ascensos a sus espaldas. Uno, precisamente en tierras gallegas con el vecino Río Breogán y otro, en su Burgos natal. Una primera promoción que llegó en 2017 y en la que tuvo a sus órdenes al que ahora será su capitán, un Javi Vega que llegó a Riazor dos años atrás y con el que volverá a encontrarse en un vestuario. De su mano, Epi buscará reencontrar aquellas sensaciones que tan buenos resultados generaron en el plantel burgalés y que este año deberán ayudar al cuadro gallego pese a la dificultad que entrañará el poder inquietar a los principales transatlánticos de la competición. 


Dani Rodríguez detendrá el tiempo una década después:

Cuando Dani Rodríguez se disponga a disputar el primer partido del curso con la camiseta del Cáceres P. Humanidad, el tiempo se detendrá sobre el parqué del Multiusos. Porque su mera presencia sobre la pista transportará a los aficionados extremeños a una temporada 2011/12 en la que fue uno de los actores principales de un equipo de leyenda. Un año en el que ejerció como el joven escudero del experimentado Carlos Cherry y en el que los verdinegros llegaron a soñar con el retorno a la Liga Endesa en unos Playoffs para el recuerdo. Ahora, diez años después, el base catalán puede presumir de experiencia y veteranía en una competición en la que ha logrado todos los retos posibles y en las que será ahora el nuevo faro del conjunto extremeño. Un jugador determinante en los esquemas de Roberto Blanco y cuyo regreso será sin duda uno de los más especiales del curso. 


Mike Torres y Greg Gantt, una esencia conocida para el UEMC Real Valladolid:

Ha disputado la Liga Endesa e incluso ha llegado a coquetear con las franquicias NBA a lo largo de los últimos años, pero el base Mike Torres se ha dejado seducir este verano por sus propios orígenes. Un jugador que no tuvo duda alguna a la hora de dejarse seducir por el UEMC Real Valladolid para volver a vestir la camiseta de un equipo con el que fue capaz de dar un importante paso al frente en su carrera. De este modo, el catalán iniciará una segunda etapa que Greg Gantt superó algunos años atrás antes de comprometerse, en esta ocasión, por tercera ocasión con el equipo de Paco García. Todo un seguro a la hora de poder aportar sentimiento al juego del equipo y que unirá al equipo tanto dentro como fuera de la pista. 


Juan Orenga, un reencuentro desde los banquillos:

No son pocos los equipos que han decidido "acortar" distancias con la grada a golpe de sentimiento, pero si ha habido uno capaz de dar un paso más en ese sentido, ese ha sido el TAU Castelló. Un club que dejaba este verano atrás casi toda una vida con Toni Ten a los mandos de su banquillo y que decidió pasar página hacia una nueva etapa con otro hombre de la tierra. Ni más ni menos que un Juan Orenga que regresará a un pabellón que inauguró como rival y en el que estrenó su cargo como seleccionador una década atrás. Así, Orenga regresará al calor del hogar tras una exitosa carrera más allá de nuestras fronteras y que espera poder convertir en un gran preámbulo para lo que está por llegar. 


El sentimiento Gipuzkoano toca la fibra de Mike Carlson:

Y si hablamos de apuesta por el sentimiento de los hombres de la tierra, quizás el Gipuzkoa Basket sea uno de los mejores ejemplos al respecto. Un club que dio un giro a su planificación deportiva el pasado curso con el descenso a la Liga LEB Oro y que no ha dejado de apostar por los hombres de la casa. Primero con la llegada de Lolo Encinas a su banquillo y, después, con los contratos de larga duración a un bloque de jugadores vascos que se han asentado con fuerza en el club. Un sentimiento que ha tocado este verano corazón norteamericano con el retorno de un Mike Carlson que podría considerarse como un donostiarra más y para el que esta vuelta supone la mejor de las oportunidades tras su paso por los Países Bajos. Porque para Mike, San Sebastián es y será su segundo hogar. 


Adrian Chapela y el doble motivo para llegar a Alicante:

Sumó horas de vuelo y ganó experiencia en las filas del HLA Alicante cuatro años atrás y, gracias a ello, Adrián Chapela es hoy en día uno de los bases más sólidos de la Liga. Un sentimiento muy presente en su retina y que a buen seguro habrá pesado este verano a la hora de aceptar la oferta de retorno del conjunto alicantino. Aunque su regreso tendrá un doble motivo ya que el base gallego se reencontrará a orillas del Mediterráneo con un Rafa Monclova que fuera ya su técnico en el tramo final del pasado curso durante su etapa en el Melilla Sport Capital. Toda una confianza en sus servicios que Chapela no desaprovechará sobre la pista. 


El cercano recuerdo de Bobby Harris en Almansa:

En un año en el que la economía ha obligado al CB Almansa a hilar fino en cada fichaje, tanto Tino Ugidos como la dirección deportiva parecen haber tenido claro quién debía ser uno de sus hombres de referencia. Porque el retorno de Bobby Harris no es solo un golpe extra de calidad para una plantilla que espera aprovechar su talento, sino que también traerá consigo todo un guiño a las gradas. Y es que la bombonera recuerda con cariño los cuatro años del jugador en el equipo siendo una de las piezas claves en el trasbordo entre la Liga LEB Plata y la Liga LEB Oro. Todo un defensor se los colores de una entidad que se entregará de nuevo a su juego.