PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Llega el mes de febrero y, con él, la disputa de uno de los trofeos que más atención suele suscitar entre los aficionados a estas alturas de la temporada, una Copa Princesa de Asturias que caminó durante los últimos años de la mano de la Copa LEB Plata pero que afrontarán en este 2019 su primera edición alejada en el tiempo de su hermana pequeña para poder coronar al primer campeón del curso en la Liga LEB Oro.

Una final que se disputará por primera vez en su historia sobre la cancha del Pabellón San Pablo de Sevilla y que enfrentará en su parqué a un Real Betis Energia Plus con la vitola de novel en una fase final en la que su rival por el título, el RETAbet Bilbao Basket, participó ya hasta en dos ocasiones donde no encontró la fortuna deseada. Todo un duelo entre dos equipos de pasado reciente en la Liga Endesa y que lucharán por la conquista de un título que será la primera gran oportunidad del año tanto para los de Curro Segura como para los de Álex Mumbrú a la hora de reforzar su camino.

Dos técnicos que trabajan a fondo a estas horas para intentar pulir el juego de sus equipos a través de unas sesiones de entrenamiento con las que tratarán de atacar directamente al corazón de sus rivales. Un momento clave de la temporada tras 5 meses de competición y al que las plantillas llegarán más que rodadas y con gran parte del trabajo hecho pero… ¿debe un entrenador contar con el factor estadístico e histórico para afrontar la cita?

La gran mayoría de ellos le responderá que no, que un posible éxito en este encuentro deberá estar basado en el trabajo diario y en cómo llegue su equipo al partido, pero hay una serie de datos y factores de gran importancia que podrían ayudar a decantar las finales hacia uno u otro lado y que nos pueden servir para tratar de despejar unas primeras incógnitas de cara a la noche del sábado. 

Estos son algunos de los números y datos más significativos de cara a las finales: 

El factor cancha, del calvario al éxito: 

Por norma general, las Ligas LEB son competiciones tremendamente igualadas y localistas donde resulta realmente costoso el imponerse a domicilio; ni siquiera ser líder destacado te garantiza la victoria en casa del colista más descolgado. Una tradición liguera que no se cumple en la Copa Princesa de Asturias, donde el anfitrión tan sólo levanta el título en el 59% de las ediciones (13/22).

Si hacemos caso a la historia global de la competición los datos podrían preceder por tanto a una final igualada en la que las posibilidades se repartieran casi a partes iguales entre uno y otro pero, ¿qué sucedería si acotásemos esos datos a lo acontecido desde un año 2009 en el que se instauró el sistema de competición a partido único? En ese caso, la cosa cambia bastante ya que, desde entonces, ni uno sólo de los 10 equipos que ha intentado alzar el título a domicilio ha podido romper el factor cancha de su rival. Así, las 10 ediciones disputadas hasta la fecha han coronadoen casa los anfitriones Lucentum Alicante (2009), Melilla Baloncesto(2010), Blusens Monbus (2011), Iberostar Canarias (2012), Ford Burgos (2013), River Andorra MoraBanc (2014), Quesos Cerrato Palencia (2015 y 2016), Unión Financiera Oviedo (2017) y Cafés Candelas Breogán (2018).

De este modo, la historia reciente de la competición con un 10/10 (100%) a favor de los equipos locales terminaría avalando el triunfo de un Real Betis Energía Plus que tratará de evitar a toda costa que el RETAbet Bilbao Basket pase a la historia como el primer equipo en ganar una copa a domicilio con el formato actual (0/10%).  

El campeón lo será por menos de 10 puntos: 

O al menos así ha ocurrido en las Copas en el 77 % de las ocasiones desde la temporada 1996/97 (30/39), un porcentaje que se dispara en la Copa LEB Plata donde el 84% de las finales se han resuelto por 10 puntos o menos (16/19) tras el ajustado triunfo del HLA Alicante el pasado mes de diciembre y que se estabiliza en la Copa Princesa de Asturias donde un 67% de las finales mantuvieron la emoción hasta el final (14/22).

Y si el papel no les es suficiente para creer en la igualdad en este tipo de partidos, bastaría con echar un ojo a las finales de la Copa Princesa de Asturias donde el porcentaje de victorias ajustadas se incrementó durante los últimos años con mención de honor al periodo 2010-2013 con finales igualados en Melilla, Santiago de Compostela, La Laguna y Burgos, un cuarteto de emociones roto únicamente en 2014 por River Andorra con su autoritario triunfo ante Quesos Cerrato Palencia (77-61).

La igualdad se retomó nuevamente en 2015 con la ajusta victoria de los palentinos ante Ribeira Sacra Breogán (78-69) y, en especial, durante los tres últimos años con el Quesos Cerrato sufriendo para derrotar al Melilla Baloncesto (87-85), con el Unión Financiera apurando hasta los instantes finales frente al San Pablo Burgos (80-77) y con el Cafés Candelas Breogán “pidiendo la hora” tras un arrollador primer tiempo ante el ICL Manresa (90-86).

Un largo historial de victorias apretadas que tuvieron su mayor exponente en la Liga LEB Oro en la campaña 2004/05 cuando el Baloncesto Fuenlabrada se impuso a IBB Menorca por un único punto en un encuentro que se decidió con un tiro fallado sobre la bocina del “menorquín” Terrence Stewart. Para romper con la historia, Alicante Costablanca logró diez años atrás la mayor diferencia registrada hasta la fecha al imponerse en su feudo por 35 puntos al Melilla Baloncesto.

Campeón en 40 minutos o las prórrogas llegan de la mano

De hasta dos prórrogas necesitó la final disputada en el año 2016 en Palencia para poder decidir el nombre de su campeón, pero este hecho protagonizado por el Quesos Cerrato Palencia y el Melilla Baloncesto ejerce como la excepción que confirma la regla en una CopaPrincesa de Asturias que acostumbra a decidirse por ajustados guarismos pero siempre dentro del tiempo reglamentario de juego. Así lo certifican en el actual sistema de competición las 9 de las 10 finales resueltas a lo largo delos 40 minutos de juego (90%) en una competición en la que ni siquiera el anterior formato Final Four (1997-2008) fue propicio para los tiempos extras.Eso sí, por aquel entonces, la escasez de prórrogas llegó igualmente por duplicado ya que, para poder alcanzar la final del 2001, el Básquet Manresa tuvo que librar dos tiempos añadidos ante Lleida (88-89) antes de ceder en el último encuentro ante el Melilla Baloncesto.

Campeón novel o a la tercera irá la vencida…

Será la primera vez en su historia que Real Betis Energía Plus y RETAbet Bilbao Basket se vean las caras en una Final de Copa Princesa de Asturias pero no será ni mucho menos la primera vez que uno y otro equipo disputen un encuentro en el que puedan llevar un título copero a sus vitrinas.

Una posibilidad que para el conjunto andaluz llegó dos décadas atrás cuando, militando en la Liga Endesa bajo la denominación Caja San Fernando, los hispalenses lograron alcanzar la final de una Copa del Rey que no pudieron llevar a sus vitrinas. Y es que el equipo entrenado por aquel entonces por Javier Imbroda cedió únicamente en el último encuentro de la fase final ante un FC Barcelona que evitó el que hubiera sido el primer título de su historia, un galardón que podría convertirles ahoraen el que sería el decimosexto campeón novel en la historia de la Copa Princesa de Asturias.

Por el contrario, el RETAbet Bilbao Basket tratará de hacer bueno aquel refrán que dice que a la tercera va la vencida para poder levantar su primer título de Copa en la Liga LEB Oro en la que será su tercera participación. Antes, el conjunto bilbaíno optó al título en sus dos años en la Liga cayendo en la final de 2003 en Inca ante el Unelco Tenerife (70-75) antes de ceder en semifinales un año más tarde en Zaragoza ante el equipo anfitrión y a la postre campeón.

MVPs de sabor nacional para… ¿Lluis Costa?

Así lo desvela la estadística de una Copa Princesa que había repartido prácticamente a partes iguales los MVPs de las primeras 14 ediciones entre nacionales y foráneos. Pero ese reparto comenzó a ceder el dominio a los jugadores autóctonos con la revolución nacional  iniciada en el año 2011 tras el último título del siempre candidato a MVP Taylor Coppenrath (Melilla 2010).

Desde entonces, la revolución iniciada por Alberto Corbacho en 2011 encontró continuidad en la figura de Nacho Yañez (2012), Isaac López (2013), Jordi Trías (2014), Xavi Forcada (2015), Dani Rodríguez (2016), Miquel Salvo (2017) y Guille Rubio (2018) decantando la balanza a favor de los nacionales con un total de 15 galardones para los “nuestros”frente a los 7 de jugadores nacidos más allá de las fronteras españolas.

Eso sí, si tuviéramos que jugárnosla con un pronóstico para este 2019 las apuestas podrían ir dirigidas a unos jugadores de origen catalán y que han ejercido como los grandes dominadores de las cinco últimas ediciones. Sin jugadores de dicha Comunidad Autónoma en el roster bilbaino, las principales opciones recaerían sobre los locales Dani Rodríguez (Esplugues) y Lluis Costa (Sant Just Desvern) aunque, si sólo pudiéramos apostar por uno, sería el base de la Ciudad Condal quien contaría con un mayor número de posibilidades prolongando así el denominador común de los últimos cuatro MVPs: catalanes, exteriores y del equipo local.

Y es que Salva Arco tendría todas las de ganar ya que la historia reciente dice que ningún jugador ha repetido como MVP de la competición a lo largo de los 22 años de historia de la Copa Princesa lo que “anularía” la candidatura de un Dani Rodríguez que posee ya dicho galardón tras su liderazgo palentino en la final de 20016.

¿Y los entrenadores? ¿Retorno nazarí o doblete de ex jugadores?

Mucho se habla a estas horas delas posibilidades, estadísticas e hitos de los equipos y jugadores que participarán en la final de la Copa Princesa pero… ¿y los técnicos? En esta ocasión no serán ni mucho menos novatos ya que los dos entrenadores que ejercerán como locales saben muy bien lo que es disputar finales y partidos importantes. Especialmente en el caso de un Curro Segura en cuyo currículo deportivo figuran hitos importantes como los ascensos con IBB Menorca y CAI Zaragoza en 2005 y 2008 pero al que se le ha resistido un título de Copa del que se quedó a las puertas en aquella final perdida con el conjunto balear en 2005. Es por ello que, en caso de victoria, Curro llevaría así a su palmarés personal un trofeo que regresaría a manos de un técnico andaluz 19 años después del triunfo de otro nazarí como Sergio Valdeolmillos con el Club Ourense Baloncesto (1999/00).

Algo similar le sucederá a un Álex Mumbrú acostumbrado a jugar partidos importantes en su etapa como jugador pero para el que esta final supondrá su estreno como técnico en la lucha por un título. Un cargo en el que se estrenó tan sólo cinco meses atrás y en el que podría lograr un curioso dato ya que, en caso de victoria, igualaría el éxito logrado por otro ex jugador como Pedro Rivero tan sólo un mes y medio atrás cuando el segoviano sumó, en su primera final, un histórico triunfo con el HLA Alicante en la Copa LEB Plata. De este modo, ambos lograrían de la mano el primer éxito conjunto de dos entrenadores debutantes en las Copas LEB.  

Motivación doble: ganar la Copa,paso previo al ascenso

Levantar a lo más alto del pabellón la Copa tanto en LEB Oro como en LEB Plata ayuda notablemente a lograr el ascenso de categoría al final de temporada. Un 68% de los campeones de Copa Princesa (15/22) culminan el año conquistando plaza deportiva en la Liga Endesa tal y como ha sucedido durante los últimos años salvo en un 2015 en el que el campeón Quesos Cerrato cayó en cuartos de Playoffs y en una última edición en la que Unión Financiera Oviedo se despidió del ascenso en las eliminatorias finales. Por su parte, un 61% de los campeones de Copa LEB Plata Plata (11/18)logran llevar a sus clubes a la LEB Oro. Si extendemos el dato a los finalistas del evento, un 69% de los equipos que juegan la final de Oro (29/42) ascienden,mientras que en Plata las posibilidades de ser finalista y subir son del 50%.

Tan sólo en cuatro ocasiones en la historia de la Liga LEB Oro, los dos finalistas de Copa consiguieron ascender de la mano a la ACB (18%), estos fueron el Baloncesto Fuenlabrada y el IBB Menorca en la campaña 2004/05, el Blusens Monbus y el CB Murcia en la 2010/11,el Quesos Cerrato y el Melilla Baloncesto en la 2015/16 y, sin ir más lejos, el Cafés Candelas Breogán y el ICL Manresa el pasado curso (2017/18). En LEB Plata sucedió en otras dos ocasiones con el doble triunfo de Bilbao Basket y CB Tarragona en la 2001/02 y del Akasvayu Vic e Illescas Urban en la 2007/08 (15%).

La historia reciente favorece por tanto a la LEB Plata donde los campeones de 8 de las últimas 10 ediciones (80%) lograron ascender ese mismo año: Akasvayu Vic, Faymasa Palencia, Lobe Huesca, CB Clavijo, CB Prat, Amics Castelló, Marín Peixegalego y Covirán Granada. En el mismo periodo en la LEB Oro, Alicante (2009), Blusens Monbus (2011), Iberostar Canarias (2012), Ford Burgos (2013), River Andorra (2014), Quesos Cerrato (2016) y Cafés Candelas Breogán (2018) lograron el ascenso deportivo. 

¿Qué sucedería si los campeones no lograsen el ascenso directo?:

Según reza la normativa de competición, una vez concluida la Liga Regular y siempre y cuando no ascienda de manera directa: “si el equipo vencedor la Copa Princesa finalizara entre los equipos clasificados para participar en las Eliminatorias por el ascenso, tendrá asegurado el segundo puesto de la Liga Regular, produciéndose en consecuencia la correspondiente colocación de puestos hasta el que obtuvo en la Fase Regular el Campeón de cada una de las Copas, enfrentándose siempre al peor de los clasificados, teniendo además ventaja de campo, siempre y cuando quede clasificado entre los cinco primeros al término de la liga regular”.

Todo un valor añadido a la horade luchar por un título que espera ya al que será su nuevo poseedor…