Llegó al club cinco años atrás para sumar en la rotación y, pasado ese tiempo Eloy Almazán se ha convertido en una de las piezas imprescindibles en el seno de un vestuario en el que su carácter ha sido una de las claves para que el conjunto melillense haya podido culminar el sueño del ascenso a la Liga Endesa en una noche mágica.
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
El nombre de Eloy Almazán pasará a la historia del Melilla Baloncesto como el del capitán del conjunto melillense en la noche de su primer ascenso a la Liga Endesa, una noche que será recordada para siempre por todos y cada uno de los integrantes de un vestuario comprometido.
Una jornada que, tal y como declaraba su capitán, supone el mejor premio posible a años de esfuerzo: “Sin lugar a duda este es el mejor premio posible para el club, para su afición y para toda una ciudad que durante las dos últimas décadas ha trabajado de manera incansable para poder llegar a culminar hoy este ascenso. Esta temporada ha sido muy especial porque hemos sido un grupo muy unido y con una gran química… Es algo increíble y que te deja sin palabras por lo que tan sólo puedo decir que este equipo se merecía este ascenso”.
Ascenso con el que culminar todo un lustro en Melilla para él tras una temporada mágica: “Cinco años en Melilla con una final, un descenso, un año en tierra de nadie, muchos problemas, gente que nos daba palos… Vivir algo así es increíble y más aún el poder hacerlo compartiendo vestuario… ¡Los Almazán somos la hostia!”.
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